lunes, 3 de mayo de 2010

Conmuñón



Hoy hemos recibido nuevos datos sobre la crisis en general y sobre el ahorro en particular. Pero lo que ningún gabinete anal-ístico ha tenído en cuenta es ese fenómeno en forma de plaga que todos los años y por éstas fechas,fiel a su cita,aparece cual fragata fantasma y descarga una mortal andanada a la lumbre del agua de nuestra sufrida y magra cuenta corriente,dejándola más tiesa que la tercera pierna de Nacho Vidal Sasoon. Efectivamente,amig@s de la chacina. Me refiero a la tan temida y odiada alianza de la BBC: Bodas,Bautizos y Comuniones,y en el pastizal que te dejas en el camino.
Hablaremos hoy de la primera comunión,ese antiguo rito litúrgico trasformado hoy en rito sacacuartos,llegando incluso a disfrazarlo de ceremonia civil,al igual que su hermano pequeño el bautizo y la hermana mayor,la boda.En la comunión es todo a escala más pequeña pero con los mismos y caros accesorios.
Yo nunca fui demasiado amigo del mundo canónico. Empezé a desconfiar cuando mis padres me enviaban de pequeño los domingos a misa con mis hermanos y ellos no iban.
El primer paso del camino a la comunión es la catequesis,una especie de terapia pero en la que te sueltan el rollo a ti. Te adoctrinan,te aleccionan para formar parte de la masa y lo que es peor,te introducen en el mundo del canibalismo,cual tribu antropófaga. Recordad que te preparan para comerte a Cristo. Yo,de aquella época,guardo grandes recuerdos de mi catequista Lola.¡Qué bien nos lo pasabamos en sus clases!. Aqui os dejo una foto como muestra.



El segundo paso es la confesión. Yo después de aquel dia decidi no volver más. Y es que,si por los pecados cometidos por un tierno infante hasta los nueve años te ponen tantos padrenuestros y avemaríacuandoserasmías,a los 25 el expediente puede doblar en número de folios al del caso Gürtel. Por lo menos a mi me sirvió para saber que entre las piernas tenia algo que si se frotaba te quedabas ciego,y que no era donde mi tia Aurora decia que mi tio Alberto tenía el cerebro.
Tras prepararte por dentro,llega el momento de tapizarte por fuera. Debes elegir el trajecito que te vas a poner. Yo me negué en redondo a vestirme de cateto a babor,y elegí un traje más casual,una especie de reducción de Remington Steele,y una vez elegido y probado ( y pagado of course ),al fotógrafo.
Antes,la foto era la típica en papel sepia contigo sujetando un rosario y un librico con la tapa gorda,e intentando disimular el cabroncete innato que había en ti poniendo la cara de Marcelino Pan y vino ( y cuando se acabe el pan sólo vino ). Ahora hacen unos reportajes que ni los modelos de Benetton,la virgen que despliegue de medios.
Y por fin llega el gran dia. Con tus padres con más nervios que un filete de tres euros y tu abuela mojándote la cabeza ( con el tipico cortepelo tipo kiwi ) con la colonia barata de botella-cincolitros.
Aún recuerdo mi entrada en la iglesia. Habria unos veinte niños y treinta niñas. Ellos recién licenciados del Juan Sebastian El ano( vaya,se me ha caído una c ),y ellas ejerciendo de princesas de cuento/mini-novias y sus madres en segunda fila ejerciendo a su vez de futuras suegras. Yo era el único al que se podia distinguir de lejos : primero por ser el único que no iba vestido de alférez de navío,y segundo por estar al lado de Alejandro,un niño con una cabeza tan gorda que si hubiera sido un limón se la habrían tenido que rallar con un somier.
Tras una ceremonia más larga que un discurso de Fidel Castro y una música más monótona que la discografía de Camela,llega el gran momento. Te ponen algo redondo y blanco en la boca y lo mezclas con alcohol,algo que de mayor volverás a hacer muchas veces pero en otro tipo de templo. Creo que en la actualidad el acto sigue siendo igual de largo pero han hecho algo en lo relativo a la música,según da a entender ésta imagen:



Cuando el acto religioso acaba,empieza lo peor: besos de abuelas,achuchones de tias,palmadas de tios y primos,y un trillón de fotos en los que tienes que poner cara de ángel.Pero en todo lo malo hay parte de bueno. Es impagable el oir cómo la abuela le pregunta a la nieta recién comulgada: Cariño,¿ya has recibido al señor en tu interior ?.Pregunta totalmente inocente pero que de repetirse dentro de siete u ocho años puede resultar verdaderamente embarazosa para ambas.
Tampoco es de despreciar el que después te inviten a comer. Sólo hay que lamentar que en éste tipo de banquetes no suele aparecer ese personaje que tanta alegría y colorido le da a otro tipo de ágapes : el tio borracho y descamisado de la novia.
En fin amigos,como dijo un útero,no quiero dilatarme demasiado. Os dejo con un video de Volbeat mientras pienso que regalarle a mi primo para su comunión. Estoy entre una playstation o dinero,ya que la ostia se la va a dar el cura. Disfrutadlo...